La exposición a olores desagradables constituye un tipo de contaminación atmosférica proveniente del desarrollo de actividades industriales y humanas, donde liberan ciertos compuestos y sustancias odoríferas al medio ambiente, las cuales se caracterizan por ser volátiles, lo que da como resultado en una calidad del aire no óptima para el ser humano, afectando en consecuencia su salud.
Esta emisión de malos olores es común encontrar en lugares o recintos donde tiende a acumularse y concentrarse una gran cantidad de personas, como, por ejemplo: baños públicos y gimnasios, de igual manera es común que se acumulen malos olores derivados del almacenamiento de alimentos, frutas y verduras, como en el caso de: comedores industriales, cocinas y almacenes de comestibles.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un mal efecto en la salud es cualquier experiencia que provoque malestar a nivel, tanto físico como emocional y mental. La contaminación odorífera genera molestias a la salud, es por ello por lo que las personas que se encuentran cercanas al desarrollo de actividades generadoras de malos olores padecen: insomnio, mal humor, dolor de cabeza, irritación de mucosa, náuseas, vómitos, entre otras.
Y es que los olores son señal del problema que producen respuestas en las personas, ya que actúan sobre el sistema nervioso central o periférico y están relacionados sobre todo con la parte emocional, con los recuerdos y el humor. Debido a ello, un olor agradable puede producir sensación de bienestar, y un mal olor por su parte puede producir dolor de cabeza, náuseas y una alteración en el estado de ánimo.
Ante esta problemática hay que agregar la consecuente acumulación de agentes patógenos, como: virus, bacterias, hongos y microorganismos que contribuyen a generar ambientes desagradables.
De entre las soluciones que se ofertan en el mercado para combatir a los malos olores podemos encontrar los: “ambientadores” o “desodorantes ambientales”, sin embargo, este tipo de productos sólo llegan a solucionar la problemática de los malos olores de manera parcial por medio de enmascarar los olores desagradables, por lo que una vez que el desodorante ha perdido su efecto, el mal olor persiste en el ambiente, algo muy común en los baños públicos.
El ozono, una molécula triatómica de oxígeno, la cual se caracteriza por su alto poder oxidante es capaz de eliminar virus, bacterias, microorganismos, hongos y malos olores, específicamente con los olores desagradables; el ozono interactúa con estos componentes que en su mayoría son de tipo orgánico oxidándolos y descomponiéndolos, lo que se traduce en una mejora de la calidad del aire percibida, así como en la generación de un ambiente favorable para el desarrollo de las actividades.
En Biozon, hemos desarrollado el equipo “Biozon Air”, el cual es capaz en su modo de programación de “Presencia de personas” de eliminar malos olores en las habitaciones o lugares en los cuales se encuentre generando ozono, te invitamos a contactarnos.
BIBLIOGRAFÍA:
Bermúdez, A., Marisol Ramos, J., & Rojas, T. (2018). Contaminación odorífera: Causas, efectos y posibles soluciones a una contaminación invisible. Recuperado el 8 de Octubre de 2020 de: https://innovacionyciencia.com/articulos_cientificos/contaminacion-odorifera-causas-efectos-y posibles-soluciones-a-una-contaminacion-invisible
Sé el primero en comentar